El protagonista de la novela de Kepa Murua es un ser sin atributos. Simboliza perfectamente la crisis absoluta de identidad y la desorientación sicológica y sociológica del hombre moderno, pero a ello se añade la originalidad de su biografía, en especial su pasión primero por el baile y después por el boxeo. Solitario, raro y feo, pero dotado de una cualidad inhabitual, es un perfecto antihéroe.